dimarts, 23 de febrer del 2010

Fundido en Negro - Cosas Buenas

Hemos encontrado por casualidad un articulo escrito por nuestro amigo y critico de cine  Miguel-Fernando Ruiz de Villalobos sobre nuestra primera Ceremonia de Entrega de Premios en el 2008, a pesar de el tiempo transcurrido creemos que refleja claramente el espiritu de nuestra Associació y sus palabras precisamente se entroncan con las dichas por nuestro Presidente Paco García en la apertura de Premios de este año.

10 Cien de Cine
#453 - 29.Febrero.2008
Cosas buenas


Están las cosas del cine (y lo que no es el cine) tan mal, aquí y fuera de aquí, que me resulta ya aburrido estar, semana tras semana, lamentándome de las desdichas del cine español, de los desastres de los premios, de los intereses creados, de los cánones, de los organismos saprofitos, de las ayudas interesadas, de los tejemanejes de la industria cinematográfica, de las malas películas, de la huelga de guionistas (que ojalá fuera eterna), de los excesivos estrenos, de los cierres de salas de exhibición, de la pérdida de espectadores y ese largo etcétera, que tan sólo referido al cine da para escribir eternamente, que en este “Fundido en negro” voy a huir de lo que se espera debería hablar como son los Oscar (un silencio es lo mejor para uno de los mayores desastres del espectáculo, la cultura y el buen gusto, si es que todavía existen), de los últimos estrenos (que hay cada cosa infumable) o de lo que se nos viene encima (que todavía es peor), para quedarme en un pequeño espacio de ese mundanal mundo que es el cine y su mal llamado glamour (que debería traducirse por provincianismo).

Poco días después de la ¿gala? de los Oscar he tenido ocasión de asistir en un cine de los clásicos de Barcelona, como es el Alexandra ( y perdonarme los lectores que no sois de Barcelona, pero lo vivido sirve igual para cualquier cine de cualquier ciudad de España), al inicio de las actividades de un grupo de profesionales del cine catalán, procedentes de eso que se entiende por las tres ramas de la industria cinematográfica, como son la producción, la distribución y la exhibición, que lleva por nombre “Gent de Cinema” (“Gente de Cine”) y que han iniciado sus actividades con la concesión de cuatro premios (por cierto, una estatuilla de barro muy original de un motorista llevando unos rollos de película, como se hacia antiguamente, cuando una copia iba de cine en cine y de pueblo en pueblo) a otros tantos profesionales de la exhibición que con más de ochenta años siguen al pie del cañón.

Son profesionales de todo tipo, desde un poderoso Pere Balañá Forts, el más famoso empresario de cine de Barcelona, a un sencillo Xavier Escarceller, de Caseres, pasando por empresarios como Ramón Cortadellas, de Sabadell, y Jordi Cortada, de Lleida.

El momento más emotivo de la velada, de esa entrega de premios sencilla y humana, fraternal y sincera (sin alfombras rojas ni vestidos de diseño, sin caritas maquilladas ni operaciones estéticas evidentes) fue cuando Xavier Escarceller, un veterano de 91 años, que sigue con su cine en la pequeña localidad tarraconense de Caseres, explicó su larga y dilatada experiencia como exhibidor cinematográfico. Una historia que para ella la quisiera “Cinema Paradiso”, porque las aventuras, vicisitudes y satisfacciones que ha vivido Xavier Escarceller para llevar a una localidad de poco más de trescientos habitantes y a otras poblaciones vecinas la magia del cine supera toda la imaginación que puedan desarrollar los guionistas.

Fue una velada donde quedó patente que el cine, como arte e industria, no es solo patrimonio de los guionistas que hacen huelga por dinero, de los intérpretes que se creen el centro del mundo, de los directores que se creen dioses o de los productores que se creen los dueños de los sueños ajenos.

El cine, esa magia que todos vivimos es también patrimonio de quienes, desde el anonimato, trabajan,se esfuerzan y luchan por hacer que el cine llegue a todos nosotros. Como se puede comprobar, a veces, también hay cosas buenas en el cine de nuestros pecados.


Por
Miguel-Fernando
Ruiz de Villalobos